Pintar-Pintar estrena el curso con dos nuevos materiales didácticos para colegios y familias.
Relanza el álbum El sombrero que voló en dos atractivos formatos: libro para ilustrar y láminas de kamishibai
Pintar-Pintar Editorial relanzará el título El sombrero que voló en dos formatos: libro para ilustrar (¡Ilústralo tú!), para avivar la creatividad de los pequeños, y láminas A3 en versión kamishibai –una manera teatral de contar historias, originada en Japón, que combina texto e imagen mediante la voz de un narrador.
Los nuevos materiales didácticos, que llegan coincidiendo con las primeras semanas de cole, nos acercarán las publicaciones de Pintar-Pintar de una forma más interactiva. En ambos casos, la implicación de lectores, familias o profesores será aún más indispensable que en la lectura clásica para dar vida a los libros.
Y para presentar sus novedades, la editorial ha elegido su álbum infantil El sombrero que voló, que narra, en clave de humor, la odisea de una elegante chistera llevada por el viento. El libro, escrito por José Carlos Román e ilustrado por Mónica Carretero, perderá los colores en el formato para ilustrar, así como los textos –de cara al público– en su versión de kamishibai. Los lectores rellenarán los huecos a base de imaginación.
La colección ¡Ilústralo tú!, que llevaba tiempo en la cabeza de las editoras, Ester y Ángela Sánchez, nace con motivaciones didácticas y artísticas. «Se podrá pintar con todo tipo de materiales sobre los libros (también en las cubiertas en tapa dura) e incluso pegar papeles y montar las páginas como se quiera», explica Ester.
«Será una personalización completa», añade, «con la idea de hacer, de un libro impreso, una edición personal, artística, única; una edición de arte, y encima con el componente didáctico». En este caso, los pequeños lectores y lectoras podrán plasmar sus ideas sobre los divertidísimos textos de José Carlos Román.
«En los tiempos que vivimos, en que las pantallas dan todo hecho y estereotipado a los niñxs, es importante parar un poco, pensar y disfrutar de la lectura, de la creación y de la emoción de montar tu propio libro», añade. Y qué mejor, para empezar, que hacerlo con un sombrero volador que recorre el globo.
La idea no solo parte de las editoras de Pintar-Pintar, sino que los propios lectores han tenido mucho que ver en que el concepto tome forma. «Muchos niñxs, a lo largo de tooodos estos años, me venían con sus anotaciones y sus papeles y me decían: Tú que haces libros, hazme uno con mis dibujos. Les ponía grapas, los encuadernaba muy curiosos… pero me decían: No, lo quiero así, duro [en tapa dura]», recuerda Ester.
EL ENCANTO DEL KAMISHIBAI
Pero esta colección no es la única sorpresa de la editorial de cara al nuevo curso. La demanda de cuentacuentos es cada vez mayor y, de entre las distintas formas de acercar las historias a los pequeños, destaca la presencia del kamishibai, un formato, con varios siglos tradición en Japón, que va extendiéndose por Occidente con la evocadora combinación de las ilustraciones y los textos–interpretados por un narrador.
Para dar forma a esta idea, familias y maestros dispondrán de láminas tamaño A3 extraídas de los álbumes ilustrados de Pintar-Pintar. Las láminas, que han de ser ordenadas dentro de un teatrillo de madera llamado «butai», solo dejan ver las ilustraciones al público, normalmente menudo, siendo necesaria la mediación de un narrador que cuente o interprete la historia leyendo el texto impreso en la parte posterior.
«Teníamos láminas para realizar talleres en coles, librerías…, pero la gente empezó a pedírnoslas. Creemos que pueden ser bastante útiles para el desarrollo de distintas actividades, también en bibliotecas», cuenta Ester Sánchez, que ya tiene preparado el primer título de la nueva colección: El sombrero que voló.
Editada en marzo de este año, la obra de José Carlos Román y Mónica Carretero cuenta la historia de un elegante sombrero que, empujado por un viento juguetón, inicia un recorrido bestial y planetario que lo lleva de un tranquilo paseo al lejano Polo Norte, coincidiendo, por el camino, con animales de todo pelaje.
Ahora, el sombrero volador vuelve a posarse en la cabeza de los pequeños lectores alentado por dos formatos que requieren su implicación y que, de seguro, llevarán la historia de la chistera a mundos nuevos, únicos y originales, permitiendo que los niños creen sus obras de arte a través de la ilustración o la narración.
VER COLECCIÓN de LÁMINAS A3 para KAMISHIBAI
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