NOVEDAD: «Saura y Luna en el bosque» de Ángeles Caso y Nanu González

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La dinosauria también estaba allí

El álbum Saura y Luna en el bosque, escrito por Ángeles Caso e ilustrado
por Nanu González, narra la estrecha amistad entre una gata y una dinosauria

PABLO FRAILE DORADO

La elección de las palabras nunca es casual y la repetición de un sustantivo, sin variación de género, para referirse a todo un grupo de animales tiene sus consecuencias. Cuando pensamos en los dinosaurios, tendemos a imaginarnos lagartos terribles y fieros, y todos ellos machos. En el imaginario colectivo, como también ocurre en multitud de ámbitos, no queda espacio para la otra mitad del grupo. Sin dinosaurios hembra, sin dinosaurias, estos animales fascinantes no habrían poblado el planeta.

Es algo tan obvio que suena ridículo ponerlo por escrito, pero esta sensación se diluye cuando se acude a la literatura infantil y se comprueba la ausencia, casi total, de dinosaurios hembra. «Mi sobrina nieta Anina juega conmigo a que es una dinosauria desde que tenía cuatro o cinco años. Hace algún tiempo, quise comprarle un libro en el que saliera alguna dinosauria, y descubrí que no había ninguno. Solo dinosaurios, ¡como si las dinosaurias no hubieran existido! Así que decidí escribir yo el libro. Con la ayuda impresionante de la ilustradora, Nanu González, claro. Sin ella, Saura y Luna no existirían», asegura la escritora, también reconocida por reflotar y divulgar el papel de la mujer en las artes.

«Espero que lo disfruten mucho las niñas y los niños que lo lean», añade la autora. «Sobre todo las niñas, la verdad, porque a las niñas también les fascinan esos animales y pueden querer identificarse con una protagonista femenina. Me quedé muy sorprendida con lo de que no hubiera libros de dinosaurias. Es más, la palabra ni siquiera aparece en el diccionario de la Academia, solo está aceptada en masculino. ¿No había hembras? Si decimos “perra”, o “leona”, o “gallina”, ¿por qué no “dinosauria”?».

Ángeles Caso y Nanu González

Nanu González, por su parte, aprecia el trabajo de Ángeles Caso desde hace años y reconoce que se sumó al proyecto antes, siquiera, de leer la historia. «Admiro el trabajo de Ángeles. En especial, la potente combinación entre divulgación, literatura e historia del arte donde saca a la luz a esas creadoras olvidadas por las Academias y los museos. De hecho, su trabajo, junto con el de otras pioneras, fue lo que me animó a cursar un posgrado de historia del arte en femenino. En resumen, no me hizo falta leer el texto para decir que sí. Sabía que me iba a enamorar», explica.

Dos amigas de las de verdad

La sintonía entre Ángeles y Nanu es comparable a la conexión entre las protagonistas de la historia, Saura y Luna, que se apoyan mutuamente a lo largo del libro. Saura, una enorme dinosauria plantígrada, tiene miedo de ir al bosque, no se fía de las sombras que se ocultan tras los árboles. Pero Luna, una gata especialmente curiosa y decidida, convence a su amiga y promete ayudarla.

«Saura y Luna son dos amigas de las de verdad, de esas que lo comparten todo y que siempre están la una para la otra cuando se necesitan», subraya Ángeles Caso. «Tengo amigas así, algunas incluso desde la infancia, y sé lo importantísimas que son en mi vida. Sin ellas, todo habría sido muchísimo peor».

Para Nanu González, la sororidad entre las dos protagonistas fue «la clave» de su trabajo, así como remarcar sus distintas emociones en la manera de resolver, pacíficamente, los conflictos que plantea el cuento. «El concepto de sororidad es necesario para que nuestras niñas opten por la cooperación y solidaridad entre ellas, para que luchen por sus derechos y sean conscientes de sus necesidades, y en última instancia, para la consecución de la igualdad», explica la ilustradora.

Contra los prejuicios vinculados al físico

El libro también trata de los prejuicios comúnmente vinculados con el físico. Saura es grande y fea, pero no por ello es fiera, mientras que Luna es pequeña y bonita, pero no sumisa. ¿Hasta qué punto es importante romper con estos prejuicios, para que evitar que se sigan transmitiendo?

«Creo que es algo muy importante y, al mismo tiempo, muy difícil de erradicar», responde Ángeles Caso. «Está demostrado que incluso los bebés aceptan mejor a las personas que tienen un rostro con rasgos bien proporcionados, una cara que llamaríamos “guapa”. Quizá sea algo genético, que en algún momento fue importante para la evolución, no sé, pero nos cuesta mucho librarnos del rechazo a lo que no nos resulta armonioso. Y, sin embargo, eso nos facilitaría mucho la vida a todo el mundo. Así que hay que intentarlo…».

Una consonancia entre el texto e ilustraciones

En Saura y Luna…, texto e imágenes se relacionan igual que las protagonistas: el texto llega donde no lo hacen las imágenes y viceversa. «Cuando propuse el nombre de Nanu González como ilustradora», recuerda Ángeles Caso, «estaba convencida de que lo haría muy bien porque ya conocía su trabajo, pero no sabía hasta dónde iba a llegar ese “bien”. Y ha llegado a cotas altísimas».

«Me gusta muchísimo lo que ha hecho —añade—, esa Saura tan grandota y tierna, y esa Luna pequeñita y atrevida. ¡Cómo se miran la una a la otra, es genial! No solo admiro lo que ha hecho, sino que además le estoy muy agradecida. Como ya he dicho, sin ella, mis personajes no existirían. Ha hecho un trabajo maravilloso».

Por su parte, Nanu González confía en que sus ilustraciones «no sean una mera descripción y que complementen el texto». «La relación con la naturaleza, la presencia de distintos animales… busca remarcar la relación de las protagonistas con su entorno. Tengo que decir que Ángeles me lo puso muy fácil, porque tenía claros muchos elementos visuales como los retratos fotográficos de las protagonistas, las tazas, las flores que adornan sus cabezas…».

«Desde que Barbara Kruger nos dijo con sus creaciones artísticas “Tu cuerpo es un campo de batalla” en 1989», apunta Nanu González, «no ha habido suficientes cambios y nuestros cuerpos siguen en el punto de mira del patriarcado. Pero el hecho de que cada vez seamos más conscientes y que se plasme en distintas creaciones populares como el cómic, el cine o el libro ilustrado es un avance. Un claro ejemplo es la protagonista de la película Poor Things [Yorgos Lanthimos, 2003]».

Para darles color, Nanu se decantó por una paleta más luminosa de lo habitual, experimentando y divirtiéndose con otras gamas, aunque con uno de los tonos consensuado desde el principio: el violeta de la piel de Saura. Desde hoy, Saura y Luna seguirán jugando en el bosque y en las casas de muchas niñas y niños, que podrán contar con ellas cuando tengan miedo.

Resumen:

La gata Luna, recién despierta, quiere jugar en el bosque junto a su amiga Saura, una dinosauria muy muy grande, ¡seguro que nunca has visto una bicharraca tan enorme! Pero Saura tiene miedo de las «monstruas» que se esconden entre las sombras del bosque. Con el apoyo de Luna, Saura se enfrentará a sus temores y descubrirá que los demás también tienen sus miedos. Porque lo grande y feo no siempre es fiero ni lo pequeño y bonito es siempre sumiso. ¿Has jugado alguna vez con una dinosauria gigante?

Acompaña a Saura y Luna y disfruta de su viaje.

Saura y Luna en el bosque

Pintar-Pintar Editorial / www.pintar-pintar.com
*Impreso en Asturias en papel procedente de bosques que cumplen principios de gestión económica, social y ambiental sostenibles.

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