NOVEDAD: «De barquillos y cometas», de Mª Rosa Serdio y Ester Sánchez

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Un dulce para degustar en libertad

El nuevo poemario de María Rosa Serdio, ilustrado por Ester Sánchez y editado por Pintar-Pintar, recoge pequeñas vivencias poéticas al alcance de niños, jóvenes y adultos

Niños con mil y una vidas por delante, la voz de la familia y de la tierra, libros con alma de árbol, brazos abiertos y paseos sin prisa, poesía y poetas cotidianos, un sol y varias lunas, una niña de barquillo y un libro que, a un tiempo, es una cometa. El nuevo poemario de María Rosa Serdio es eso y muchas más cosas, tantas como se quiera tirar del hilo de sus versos, tantas como lecturas y relecturas tenga, porque cada lector encontrará entre sus páginas diferentes versiones de sí mismo y sus experiencias.

«Considero este poemario», explica la autora, «como un álbum de imágenes, al modo de los álbumes tradicionales, en los que se coleccionan pequeñas vivencias poéticas de diferente temática, extensión y tipología para que, quien se adentre en sus páginas, obtenga experiencias a su gusto pero no se vaya del libro sin conseguir saber que la Poesía es algo misterioso que está a su alcance, algo que también cada lector puede intentar replicar con sencillez creando así un doble itinerario, asequible tanto a quien lee acompañado como a quien se adentra libremente: lectura y creación».

Primeras páginas

El libro, dividido en seis partes, se inicia con otros seis poemas a modo de invitación, una llamada especialmente dirigida a los pequeños lectores. «En la Invitación inicial», dice la autora, «se enarbola la bandera de un futuro que ha de ser acompañado por los sueños y las palabras de uso diario pero especiadas con un toque de sorpresa o misterio». «Hay desde el principio», añade, «un deseo ofrecido de camino para que, quien lea regrese, una y otra vez, a la realidad con el deseo de ver en ella alguna de las magias entrevistas en los poemas. Unas son evidentes y otras, más veladas, aseguran sorpresas a descubrir con el tiempo y las relecturas. Unas son de carácter léxico y otras de tipo sensorial que abarcan diferentes ámbitos de la sensibilidad del lector».

Desde ese punto se van desplegando, como las flores horarias de Momo, los diversos poemas que pueblan el libro, estableciendo un diálogo único e íntimo con cada lector. «El libro es un diálogo, secreto y único, entre desconocidos: autora y lectores. De un lado, se confía a quien abre el libro, el poder de gozar del mundo que se abre ante sus ojos para que, quien se asome, abra, lea, juegue, sonría, repita y, por fin, ame quizá uno a dos poemas que tirarán de nuevo de su deseo para regresar al misterio de las palabras tantas veces como desee poseer ese poder».

Primeras páginas

Pero ¿cómo germina un libro como este? Según María Rosa Serdio, preparar una colección de poemas para un público diverso, aun dentro de la franja de lectores jóvenes, requiere «tiempo y pausa». «El libro se fue creando poema a poema, en libertad y a fuego lento durante mucho tiempo. Los poemas fueron escritos sin presión alguna y siendo recogidos hasta poder elegir, entre un amplio catálogo, los que considero pueden constituir una invitación a la libertad de leer diferentes temas e incluso el mismo tema visto de dos o tres modos diferentes».

Así, quien se asoma al poemario va hallando diferentes motivos, desde referencias a poetas cotidianos a cuentos escritos en verso, pasando por las singularidades de las distintas estaciones del año. Las piezas que componen el libro, nacidas sin una meta, tienen un denominador común: la poesía. «No creo que la poesía deba tener ningún objetivo previo. La poesía es. La poesía está ahí si se la halla entre los versos y en el diálogo de los poemas con las imágenes, que poseen otro discurso que acompaña al texto o dispara nuevas sugerencias que no son redundantes ni han de serlo. El libro, y éste en particular, lo queremos como compañía de elección, como espacio de libertad y como juego de dos lenguajes que conversan entre sí pausadamente y, si la fortuna nos acompaña, con el lector de cualquier edad que se anime a elevar su cometa de imaginación en su espacio íntimo o público. El libro está abierto a todas las posibilidades del viento y la creación», explica Serdio.

El paso del tiempo y de las estaciones

Cuestionada por el paso del tiempo y su influjo sobre ella, la autora se muestra tajante: «[El paso del tiempo] nunca me ha preocupado en absoluto pero siempre me han interesado absolutamente los ritmos naturales y lo que marcan en el discurrir de las actividades personales y la libertad de cada individuo que transita, con mirada única, por ese tiempo general».

«Al haber nacido en plena naturaleza, habiendo disfrutado y sentido su poder en mi tiempo personal, valoro desde siempre ese algo intangible que es diferente para cada persona aunque esté, como semilla de lo propio, incardinado en el tiempo general».

Esta conexión con la naturaleza, con los ritmos de las estaciones y la vida en el pueblo, puede desembocar en un análisis apresurado que vincule el poemario de María Rosa con las formas del haiku, que la autora conoce y cultiva. Pero de esa forma solo nos quedaríamos en la superficie.

Primeras páginas

«Mi percepción infantil», explica, «estaba muy afinada con los ritmos estacionales porque ésta se acordaba con las labores del campo en las cuales participé hasta la edad adulta. Al tiempo que mi educación escolar iba ampliándose y mis intereses por todo lo que acoge y envuelve el crecimiento de los humanos se hacía más fuerte, el poder de las palabras que nombraban mi entorno se hacía creciente e invaluable. El acercamiento a los ritmos y las canciones de todo tipo fue natural porque en mi casa siempre hubo mucha valoración del folklore y sus manifestaciones, del refranero, de la poesía en asturiano, de la canción y de la poesía recitada».

«Para cuando el haiku llegó a mi conocimiento como forma de observación, siendo ya docente, llevaba miles de horas de aire libre, expuesta a todos los meteoros. […] Hemos de pensar que esta moda y floración actual en torno al haiku tiene un recorrido muy corto entre nosotros si se piensa en la antigüedad de su tradición en Oriente y que, sin embargo, en nuestro folklore hay una gran riqueza de hondas raíces en los textos que cantan las vivencias estacionales en modo de refranes, pareados, sentencias y coplas de todo tipo y para toda labor».

El valor de lo que no tiene precio

Frente a un poemario dirigido a todas las edades, aunque con especial atención por los pequeños lectores, surge otra duda, que además coincide con el marco conceptual de la obra: ¿por qué muchas personas creen que la poesía está fuera de su alcance?, ¿de dónde viene esa percepción? 

«Supongo que nadie les ha regalado o mostrado ninguna clase de belleza estética ni tampoco han sido impresionados, cuando niños, por el valor de las cosas que no tienen precio», contesta María Rosa. «Es decir, no han sido agraciados con el don de las palabras que construyen imaginarios sensibles por parte de sus mayores. Quizá no hayan sido acompañados en la mirada divergente más allá de lo material o no han sido respetados en sus incipientes exploraciones artísticas. Ha de ser que no han recibido ningún impacto estético proveniente ni de los ritmos de la Naturaleza ni de las sugerencias sensoriales del arte. En todo caso, cuando llegan a la poesía escolar, si es que se la acerca alguien más allá de los libros de texto donde casi ni aparece, llega muy tarde».

Primeras páginas

Por su parte, Ester Sánchez, ilustradora del libro y editora de Pintar-Pintar, recuerda que los poemarios ilustrados tampoco tienen la salida y difusión que le gustaría: «No sé cómo se verán las cosas desde otras editoriales y librerías, pero ciertamente a nosotros, aunque siempre hemos valorado y apostado mucho por la publicación de poemarios ilustrados, vemos que no tienen la salida y difusión que nos gustaría. Sí pueden generar muchos visionados y comntarios en redes, etc., pero las ventas no acompañan realmente a estas publicaciones en las redes. Nosotros lo vemos todos los días en ferias y en nuestro local: si alguien viene buscando un libro infantil, prefiere un «cuento»; pocos, muy pocos, se decantan por la poesía. Además, si el poemario es ilustrado y en tapa dura, parece incluso que se le pone un tope: no sirve para alumnado de la ESO y menos para adultos. Cuando cuántos poemarios ilustrados vienen sin edad, sin fecha de caducidad… Hace falta abrir mucho las cabezas, pero vamos para atrás».

La poesía no excluye a ningún tipo de lector, pero su escritura no es para nada sencilla y suele partir, cuando «la poesía es», de un conocimiento profundo de su tradición, de sus raíces. Y pocos poetas hablan de poesía con la propiedad y el bagaje de María Rosa Serdio. Cuestionada por sus referentes e influencias, responde lo siguiente: «En principio y como fundamento de todo lo que luego se fue construyendo y continuará ampliándose en el futuro, tengo muchas horas de folklore tradicional y canción asturiana y muchas horas de radio escuchando tonada y copla».

Primeras páginas

«En mi maleta», continúa, «hay muchas horas de Folklore Infantil en francés por mi especialidad en FLE (Francés Lengua Extranjera), más horas de canción de autor en francés, todo Brassens, Brel, todo Moustaki, Piaf, Barbara, Ferré, mucha lectura de los poetas franceses de los que Jacques Prévert haría el puente entre los clásicos y los actuales. Cuando Paco Ibáñez descubrió España cantando desde París, estábamos estudiando allí».

«Por otra parte», prosigue, «desde Argentina y mediante discos de Columbia CBS, aquellos LP que ahora vuelven, pude acceder a todos los poetas y folkloristas sudamericanos y a todos los fundacionales. Entré bien pronto a M. Elena Walsh, maestra de poetas. Y a Neruda, Pacheco, Parra, Storni, Mistral, Huidobro, Whitman… Y los cantantes y poetas mexicanos… con lo que regreso a la canción y al folklore, a sus estructuras orales que es en las que crecen con naturalidad los poemas. Es lo que tiene provenir del mestizaje, de la emigración y, al tiempo, seguir una escolaridad exigente donde recitábamos de memoria el Poema del Cid o al Marqués de Santillana, Jorge Manrique, el Romancero, Bécquer, León Felipe, Aleixandre y a nuestra Santísima Trinidad, que son cuatro: Machado, Lorca, Hernández y Alberti, aunque sea Juan Ramón Jiménez el que siempre me dio el toque íntimo y la claridad precisas de esa luz que atraviesa sus versos».

Primeras páginas

«Soy lectora de las poetas españolas, más allá de la Gloria nuestra de cada día, porque allí están Marina Romero, Ángela Figuera, Angelina Gatell y clásicas como Carmen Conde o Santa Teresa. Nota aparte para Ana Pelegrín, maestra única, cuyos estudios y antologías condujeron a tantas personas por los exclusivos caminos de los versos y que nos enseñó a tantos maestros, en sus cursos presenciales, cómo llevar la poesía como compañía y cómo repartirla en el aula. Llego hasta aquí y siento que, entonces que no teníamos libros para los más jóvenes, teníamos unas personas sabias que conocían el camino y que, poco a poco, pero sin pausa, nos fueron llevando a todos los destinos de este gran país que es Poesía», concluye.

Un libro- Koinobori

Hasta ahora hemos hablado casi exclusivamente de poesía, pero no hay que olvidar que De barquillos y cometas es un poemario ilustrado, y en sus ilustraciones conecta, esta vez directamente, con la cultura japonesa. «En el año 2014», rememora Ester Sánchez, «a raíz de una exposición en el Museo de BB. AA. —Negro y silencio, de Tadanori Yamaguchi—, de la que me encargué de realizar la programación didáctica relacionada, descubrí los koinobori, banderas tradicionales japonesas con forma de carpa que se izan para celebrar el día de los niños/as (5 de mayo) con la esperanza de que crezcan fuertes y saludables. La simbología me parece preciosa y pensé que la idea de un libro-koinobori, con los poemas de Rosa, podría encajar a la perfección».

«Para mí la relación con el mundo oriental viene por su poesía visual. Me acerqué al estudio del mundo oriental en mis tiempos de estudiante tanto de Historia del Arte en la universidad, como de ilustración y diseño en la Escuela de Arte de Oviedo. Coincido sin querer, sin buscarlo, por partir también siempre de la naturaleza, de los pensamientos y los sentimientos. Hasta aquellos cuadraditos con los que ilustré Versonajes o Daniela...».

Primeras páginas

Este libro también supone para la ilustradora, a nivel estilístico, lo que ella misma define como «la conquista de la línea». «En mis ilustraciones siempre el color ha sido mi vehículo de expresión, a modo de una forma de pensamiento. Pero tenía pendiente incorporar líneas. No me resultó fácil porque las líneas, en general, me limitaban… pero al final he logrado una integración unas veces más compensada que otras, entre líneas y color. Toda expresión de creatividad nunca ha de anclarse, siempre ha de buscar e investigar nuevos caminos. Yo he aprendido con De barquillos y cometas a expresar libertad a partir de gestos lineales».

Este poemario es el segundo título en común de María Rosa Serdio y Ester Sánchez —como autora e ilustradora, respectivamente—, tras el álbum Colores y más colores, editado en 2010 bajo el mismo sello. «De barquillos y cometas», añade María Rosa, «el libro que presento junto a Ester Sánchez como ilustradora, que me conoce a la perfección como docente y escritora, es una caja de música que alegrará el corazón de muchos lectores que han crecido esperando otro libro de nuestra autoría conjunta. Esperamos poder lograrlo y que se vean muchas miradas iluminadas por el deseo de escribir nuevos versos, entre ellas, la mía».

María Rosa Serdio

María Rosa Serdio (Langreo, Principado de Asturias, 1953). Maestra (Filología Francesa) Escritora. Coautora de la primera investigación del Folklore Escolar Infantil del Principado de Asturias recogida en el libro Pin-Pineja (Ed. Júcar). Inicia la creación y dinamización de las Bibliotecas Escolares y de Aula de esta comunidad con el diseño y puesta en marcha de actividades específicas. Propicia los primeros encuentros con autores en centros de enseñanza de la región.

Participa en la elaboración del PLEI (Plan de Lectura, Escritura e Investigación) del Principado de Asturias. Colabora con revistas y suplementos de L.I.J. en prensa escrita: CLIJ, Platero, La Oreja Verde o Signos.

Imparte talleres y cursos en los Centros de Profesores a docentes interesados en dinamizar la lectura de la LIJ y la poesía en el aula. 

Ha colaborado en las antologías Antón Pirulero y Homenaje a Gloria Fuertes (AMUNI) Museo del Niño y del Juguete de Castilla la Mancha y Quiero ir al cole (Norbanova Solidaria).

Tiene editados tres poemarios infantiles: Colores y más colores, ilustrado por Ester Sánchez (Ed. Pintar-Pintar), seleccionado como libro altamente recomendado por Fundalectura (Colombia), La boda Alada, ilustrado por Teresa Coll Sanmartín (Ed. Babidi-bú) y Bolso de niebla, ilustrado por Julio Antonio Blasco, (Ed. Pintar-Pintar), seleccionado por la Fundación Cuatrogatos.

También ha publicado dos poemarios de haikus con la editorial BajAmar: Caudal de azar y Escarcha al sol.

Su objetivo al escribir es compartir un mundo de palabras que, mediante las canciones, los juegos y las narraciones orales, recibió de sus mayores y que, con su práctica docente y estudios específicos, desarrolló a lo largo de toda su vida profesional.

Ester Sánchez

Ester Sánchez (Oviedo, Principado de Asturias, 1974). Editora e ilustradora en Pintar-Pintar, sello que funda en 2005 tras una intensa etapa como profesora de artes plásticas y actividades de animación a la lectura para diferentes editoriales y entidades. Destacan entre sus trabajos de ilustración: Etenko, seleccionado en el Premio Lazarillo de ilustración 2005; ¿Cómo se hacen los libros?, Premio Nacional al Libro Infantil y Juvenil mejor editado en 2007 concedido por el Ministerio de Cultura; Poemas de carambelu, con textos de Marisa López Diz, Premio de la Crítica Asturiana al mejor libro editado en 2006; Chispina y El poema que cayó a la mar, ambos escritos por Aurelio González Ovies y seleccionados por la OEPLI para participar en la Bienal de Bratislava en 2009; Versonajes, con textos de Aurelio González Ovies, Tercer Premio Nacional 2012 a los Libros Mejor Editados, en la modalidad de Libros Infantiles y Juveniles. Como diseñadora y directora de arte en Pintar-Pintar, destacan los títulos Arroz, agua y maíz, de Berta Piñán y Elena Fernández, Diploma de los Premios Visual 2009 en la categoría de Diseño Editorial; Besos, de Txabi Arnal Gil y Julio Antonio Blasco, Seleccionado en los Premios Anuaria del Diseño Gráfico Español 2010; Loles, de Aurelio González Ovies y Julio Antonio Blasco, Accésit en los Premios Anuaria del Diseño Gráfico Español 2011; Lleva un libro en la maleta, de Virginia Read y Lucia Sforza, Tercer Premio Nacional 2012 a los Libros Mejor Editados, en la modalidad de Libros Infantiles y Juveniles.

Tras unos años dedicada a su labor como editora y a realizar diferentes colaboraciones y publicaciones didácticas con el departamento de educación del Museo de Bellas Artes de Asturias (2006 – 2021) y con el Centro Niemeyer (2014 – 2020), retoma su trabajo como ilustradora con los poemarios Poemas en la pista, de Ángel Fernández (2021) y Prau, de Daniel García Granda (2021).

Ficha técnica


Pintar-Pintar Editorial / www.pintar-pintar.com
*Todos nuestros libros están editados e impresos en Asturias en papel procedente de bosques que cumplen principios de gestión económica, social y ambiental sostenibles

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